La introducción del ultrasonido en medicina ha ayudado eficazmente a mejorar el diagnóstico y control evolutivo de los pacientes con varices, de forma totalmente no invasiva y sin ningún tipo de riesgos, incluso puede repetirse cuantas veces sea necesario. Es imprescindible antes de comenzar el tratamiento de todo paciente con varices y se recomienda repetirlo evolutivamente. Este estudio se debe hacer con el paciente de pie, porque en esta posición es cuando las venas se dilatan más y entonces la valoración realizada se ajusta mejor a la realidad.
Para los estudios vasculares se recomienda un equipo que permite visualizar las estructuras anatómicas (ecografía) y simultáneamente el uso del efecto Doppler para cuantificar la velocidad de la sangre y detectar el sentido de su movimiento, es decir, si se acerca o se aleja del corazón, que en última instancia es lo que determina si existe insuficiencia valvular. En condiciones normales, las venas de los miembros inferiores conducen la sangre desde los pies hacia el corazón, pero cuando las válvulas venosas no cierran bien se produce el movimiento en sentido contrario, o sea, la sangre no sube, lo que provoca los síntomas y las dilataciones venosas visibles que son el principal motivo de consulta del paciente.
En la ecografía (ver foto) se aprecian las dilataciones venosas como «bolsas» que se rellenan de color, rojo o azul, según el sentido de su movimiento y así podemos detectar precisamente cuáles son los sectores dañados por la enfermedad y cuantificar su afectación. Esto nos permite realizar acciones terapéuticas en el lugar específico donde está el problema, que no necesariamente coincide con lo que se ve a simple vista. No es suficiente un informe escrito, sino que hay que repetir la exploración para saber exactamente dónde se encuentra la zona dañada y poder actuar sobre ella con eficiencia.